Publicado: 24 de Octubre de 2016 a las 09:48

Sexomnia o sonambulismo sexual


La sexomnia o sonambulismo sexual es una enfermedad del sueño muy poco conocida, pero relativamente frecuente, consiste en un abanico amplio y variable de manifestaciones sexuales durante el sueño, gemidos, verbalizaciones, masturbaciones, movimientos pélvicos, búsqueda de contacto sexual con la persona con la que se comparte la cama ( de manera brusca y no consciente) e incluso relaciones sexuales.


En 1984 El doctor Colin Shapiro ( Instituto del sueño de sudáfrica) encuentra el caso de una mujer que se masturbaba durante el sueño, sin ser consciente de ello, lo que le ocasionó importantes problemas de relación con su reciente marido, tras este y otros casos pudo observar un patrón que se repetía, como resultado acuñó el término “sexomnia”. Durante mas de una década recogió datos sobre este tipo de manifestaciones, en 1996 escribe “Comportamiento sexual en el sueño, una nueva parasomnia”. Primer gran referente de este tipo de dificultades en el ámbito académico.


La sexomnia se clasifica dentro de las llamadas parasomnias, que es una trastorno de la conducta durante el sueño asociado con episodios breves o parciales de despertar. Dentro de las parasomnias, que suceden durante la fase REM más comunes está el sonambulismo, los terrores nocturnos, el bruxismo nocturno y la enuresis nocturna.


En el año 2007 encontramos uno de los estudios mas relevantes para entender este fenómeno: “Sueño y sexo ¿que puede salir mal?”(C. Schenck, M. Mahowald y I Arnulf, 2007). Este estudio y el posterior del 2010 en Toronto (Shapiro), nos desvela que este problema es mucho más frecuente en hombres que en mujeres, también que la sexomnia en mujeres se manifiesta como auto estimulación, mientras que en los hombres tiende a implicar a otra persona.


Es en el año 2014 cuando es reconocida como enfermedad dentro de la Clasificación de Trastornos del sueño III ( ICSD-3), descrito como un espectro de conductas variables en su manifestación e intensidad como gemidos, gritos, verbalizaciones, desnudarse, masturbaciones, coqueteos e iniciativa sexual “brusca” a la persona con la que se comparte la cama, movimientos pelvicos, e incluso relaciones sexuales (sexo oral, coito, etc). Como otras parasomnias de la fase REM, no están bajo control voluntario, no son conscientes en el momento y en general no se recuerdan al despertar. Normalmente se deduce que ha sucedido por efectos o señales o por la información que dan otras personas, (por ejemplo acostarse con pijama y despertarse desnudo/a, o que el compañero/a de cama o habitación te cuente lo que ha sucedido).


Hay pocos datos sobre su frecuencia en nuestro país, pero si parece estar infravalorada por la “vergüenza” y “culpa” que supone este tipo de conducta así como por su desconocimiento, al ser una categoría muy reciente, hace apenas un año, y no existir referencias conocidas al respecto.


Entre las causas o elementos que facilitan la aparición de este fenómeno, en palabras del Doctor M Cramer Bornemann (Asociación Forense del sueño): "La corteza prefrontal es la parte del cerebro que gestiona las motivaciones, las funciones ejecutoras y las conductas orientadas a objetivos", afirma, "En el fondo del cerebro están los generadores centrales de patrones y estos generadores centrales de patrones rigen el comportamiento necesario para la supervivencia". Estos comportamientos de supervivencia (regulados por loops programados de corriente eléctrica) incluyen impulsos primarios y también la actividad sexual, dice Bornemann, que agrega que estos generadores de patrones están localizados "muy cerca" de las partes del cerebro que controlan el dormir y el despertar. "Entonces, si sucede algo que fragmente el sueño", como un ruido por la noche o que tu compañero/a te de un empujón, "solo haría falta un pequeño error eléctrico desde los centros generadores del dormir / despertar para accionar un generador central de patrones", explica. "Y uno de los resultados puede ser el comportamiento sexual".


Las parasomnias, incluida la sexomnia, pueden estar provocadas por muchas cosas. La causa es despertar abruptamente durante el sueño profundo. A veces puede ser un factor externo lo que te despierta, algo simple, como un ruido en mitad de la noche. Otras veces puede ser un problema médico, como la apnea del sueño, que ocurre cuando las personas que roncan se despiertan al dejar de respirar durante un segundo. El detonante es básicamente la interrupción abrupta del sueño, sin llegar a despertar totalmente. Por ello la privación de sueño en días anteriores, el consumo de alcohol, los movimientos de la pareja, roncar, etc son facilitadores de esta respuesta.


En otras palabras, cuando ocurre un error como este, el sistema nervioso central no regula lo que uno decide o elige hacer. Las consecuencias de este trastorno son muy variadas, en función básicamente a dos variables, la intensidad de las manifestaciones concretas en cada caso, y por otro lado la situación socio afectiva de la persona.


Las manifestaciones son muy variadas como hemos comentado, en muchas personas con manifestaciones muy suaves y que queda en el ámbito de lo anecdótico, tanto en frecuencia como en intensidad, otras pueden causarse molestias y lesiones al tocarse o masturbarse de manera brusca, pueden importunar a sus compañeros de cama o incluso tener relaciones sexuales sin ser conscientes de ello.


La situación socio afectiva también condiciona las consecuencias de este fenómeno, para algunas parejas es un elemento conocido, como pueden ser otras realidades como “roncar” o “hablar en sueños” con el que conviven sin mayores problemas (cuando las manifestaciones son leves). Para otras parejas puede llegar a crear situaciones muy violentas con consecuencias psicológicas, de pareja e incluso legales. Que tu pareja se desnude, se masturbe, o tenga acercamientos sexuales bruscos (independientes del contexto) puede ser muy problemático. Se han constatado casos de sexomnia donde se ha “forzado” o se ha buscado de manera brusca tener sexo durante el sueño con otra persona que lo ha interpretado como un intento de violación/agresión, en ocasiones las escenas se han producido con menores, en ocasiones con los hijos o hijas, con toda la repercusión que esto puede tener. También resultan muy problemáticas esta manifestaciones en el ámbito de la convivencia entre iguales ( una casa rural o un campamento con camas corridas) pueden aparecer comportamientos sexuales -especialmente en el caso de los hombres- entre iguales, lo que ademas de las dificultades ya mencionadas tiene elementos de censura y culpa específicos ... la frecuencia de estas manifestaciones a este nivel de intensidad es muy baja, pero existe y algunas personas lo viven de una manera dramática.


Realmente es un fenómeno muy poco conocido y es importante hablar de el y crear referentes que nos ayuden a conocer, entender y tratar estas manifestaciones


Su tratamiento combina la terapia psicológica y el uso de medicamentos genéricos que combaten la ansiedad y facilitan que el sueño no sea “interrumpido”.


Lo fundamental es conocerlo, poder nombrarlo, recuperar el estatus y la dignidad propia de un trastorno del sueño, no es una cuestión de vicio o de cualquier dimensión moral o personal. No es un trastorno sexual, es un trastorno del sueño. Ayudar a buscar los recursos y la gestión más apropiada para cada caso es la labor de los terapeutas que trabajamos en ello, normalizarlo en el entorno de la pareja o de las personas cercanas es también muy importante. Existen muchos recursos y técnicas, no sólo la medicación, para facilitar que el sueño sea profundo y estable y menos vulnerable a verse interrumpido y ocasionar este tipo de manifestaciones.


Poder nombrar lo que nos sucede, poder entenderlo y compartirlo con otras personas que han vivido situaciones similares es muy importante.

Existen tratamientos eficaces, busca ayuda, infórmate y no dejes que este tipo de trastornos del sueño pueda ensuciar tu vivencia de la sexualidad.

Contacta con nosotros y busca ayuda.

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