Publicado: 24 de Octubre de 2016 a las 10:08

Cigüeñas, abejas y flores, o hablar sobre la sexualidad a nuestros hijos/as.

La curiosidad de los niñas y niñas por el mundo que les rodea es enorme y tremendamente sana, es bueno saber aportarles la información en la forma y tiempo adecuados para que puedan elaborarla y entenderla. Existen muchos conocimientos desde la psicología evolutiva que nos ayudan a saber cómo debemos hablar a nuestros hijos en cada momento, especialmente de temas complejos, como la sexualidad.

La primera recomendación es no inventar ni mentir, no evadir la pregunta. Intentar contestar a lo que el niño/a pregunta de una forma sencilla, adaptada a su edad. No es bueno evitar las respuestas pero tampoco dar más información de la que el niño/a pide. El propio menor nos va a marcar el momento de abordar cada tema. Es bueno aprovechar sus preguntas para preguntarle a su vez, así sabremos que información tiene y nos ayudará a usar su propio lenguaje y su estructura.

Es recomendable empezar a hablar de sexualidad desde el mismo momento en que empiece a reconocer su cuerpo y a nombrarlo. Dar un nombre digno y natural a todas las partes del cuerpo: la cabeza, las orejas, el pene, el trasero, la vulva o las manos. Usar palabras que cambien según la ocasión confunde al niño y empieza a crear un tabú en relación a su cuerpo y su sexualidad. La cabeza siempre es cabeza, pues que la vulva sea vulva y el pene, pene. Recordemos que al hablar de sexualidad con los niños es tan importante lo que les decimos como la forma de decirlo, la actitud y el tono les influyen tanto o más que el contenido de nuestras palabras.

El cuerpo de los hermanos y hermanas, así como el de papá y mamá son también una oportunidad para nombrar y normalizar aspectos de la sexualidad del cuerpo de otro sexo y de otras edades. La nuez, la barba, los pechos,la ropa, el vello corporal, el sujetador, etc. son aspectos normales que ayudan al menor a ir construyendo una estructura donde el cuerpo sexuado ocupe un lugar natural. Es especialmente importante que se sientan con confianza para preguntar y contar aspectos relativos a su cuerpo, (los niños/as no sólo preguntan, también cuentan cosas en relación a la sexualidad, que “ les pica la vulva”, o que “se ha puesto duro su pene”, o que su primo les ha dicho o hecho tal cosa, por ejemplo), que puedan compartir esto y que reciban una respuesta adecuada es tremendamente importante.

Veamos algunos aspectos frecuentes en el desarrollo psico sexual y las cuestiones que se suelen plantear en las primeras etapas del desarrollo:

A partir de los dos años, a veces antes, los niños exploran su cuerpo y notan las diferencias entre niños y niñas. Es bueno poder nombrar esta realidad sin más, los niños y las niñas son distintos, las mujeres y lo hombres son diferentes. Los hombres tienen pene y las mujeres vulva, papa tiene barba y mama tiene pecho. Cada quien a su manera, pero no hace falta darles mucha más información en este momento. Suelen continuar preguntas sobre porque los niños hacen pis de pie y las niñas sentadas o porque unos llevan braguitas y otros calzoncillos. Hablar sobre las diferencias entre sexos es una oportunidad fantástica para educar de forma no sexista y dar unos buenos referentes de género a nuestros hijos/as. Los juegos, los juguetes, el pelo, la ropa y sus colores, etc. son una oportunidad donde (nos demos cuenta o no) estamos dando una información muy importante sobre género e identidad sexual.

A partir de los cuatro años, se suelen plantear de donde vienen ellos/as y los niños/as en general. Es bueno contestar con argumentos sencillos, “vienen de papa y mana”. Si han vivido algún embarazo, en su entorno o hacen más preguntas, se puede relacionar el nacimiento con el embarazo, pues esto ayuda a prepararles también para entender y recibir a posibles hermanos/as. No es momento de ir más allá ni dar más información. Respetando cada uno sus valores y su moral, es bueno dar ( sólo si el niño/a pide más explicaciones, tipo :¿pero como ha entrado el bebe en la tripa?) una versión simplificada de la participación de papa y mama. Normalmente encontramos preguntas sobre el nacimiento, el parto o “¿cómo va a salir el hermanito dela barriga?”, contestemos de forma sencilla, según la edad y la forma de preguntarlo, demos una información básica sobre el parto, explicando que “el bebe sale por un agujero que tiene mamá”. Cada quien a su manera, pero sin inventar, sin mentir y sin usar nombres o realidades cambiantes. Es bueno hacer versiones simplificadas, pero reales.

Al abordar el tema del nacimiento y el parto, suele aparecer la idea del noviazgo, la pareja o el amor, como contexto donde este nacimiento se produce. Estamos ofreciendo los primeros referentes sobre pareja y familia, es importante ser conscientes de las ideas que transmitimos. A veces nos encontraremos con realidades que es bueno abordar, como una niña con mama pero sin papa, o “novios” que no tienen hijos, parejas del mismo sexo, hijos adoptivos, etc. Cada quien en coherencia con sus valores debe ser responsable de ofrecer respuestas que ayuden a entender y dar un lugar a lo que el menor está viendo.

Es mejor aprovechar los momentos que de forma natural y espontánea nos permiten hablar sobre la sexualidad que crear una “charla” sobre el sexo de forma artificial. En la vida normal el niño va a ver en su entorno cercano realidades sobre las que es bueno ir hablando, como un embarazo, hombres y mujeres diversos en su aspecto y en su comportamiento, niños y niñas de distintas edades, expresiones de afecto y sexuales, etc. No hagamos como que estas cosas no existen. eso les confunde y les puede crear angustia, si muestran curiosidad o reaccionan ante determinadas situaciones es bueno darles una respuesta. Las preguntas y las respuestas no siempre son con palabras, a veces los gestos y las actitudes enseñan más y de una forma más simple.

Es tarea de los adultos ayudar al niño/a a una progresiva incorporación del sentido de la intimidad, hay cosas que se hacen y se hablan con papa y mama, pero no con otras personas. Hay partes de su cuerpo que pueden mostrar con mama o papa cuando se bañan pero que no hay que mostrar en publico. Es muy importante mantener un equilibrio; una relación normal con el cuerpo, con la desnudez y la intimidad, pero también marcar los espacios de privacidad y de intimidad.

El niño/a pasará de forma inevitable por la exploración de su cuerpo, incluidos sus genitales, normalizar la exploración de su propio cuerpo es recomendable, pero también es bueno limitar esas prácticas e ir introduciendo progresivamente el sentido de la intimidad y proporción, con la misma naturalizad que les enseñamos a no meterse el dedo en la nariz, o saber en que momentos y lugares es adecuado una ventosidad o un eructo.

Prevenir el acceso a la intimidad de los menores por terceras personas es también parte de nuestra responsabilidad. No es cuestión de tener miedo ni de transmitirlo a lo menores, pero igual que se les puede enseñar a no abrir la puerta o no contar determinadas cosas. También es bueno enseñarles a gestionar su intimidad con otros niños y con los adultos. Es absolutamente normal que exista curiosidad entre iguales y que los niños/as (incluso de edades diferentes) se busquen para explorarse y experimentar. Pero es muy bueno que tengamos suficiente confianza para que nos lo puedan contar y que les enseñemos unos límites que les permitan hacer esta parte del camino de su desarrollo de forma sana.

Al abordar el tema de la sexualidad, como en otros tantos aspectos, es bueno apoyarse en la pareja y tener criterios comunes, a veces nos ayuda buscar asesoría para manejar determinados temas. Es bueno tener contacto con los educadores o profesores que estén abordando aspectos relacionados con la sexualidad, y si contamos con cuidadores, es bueno dar pautas claras en relación a estos temas y cuando haya alguna conversación o incidente poder ocupar el lugar que nos corresponde como padres/madres.

Hablemos de sexo con nuestros hijos/as, y si lo necesitamos, hablemos antes con nuestra pareja o con un profesional, (igual que hablamos sobre su crecimiento o su rendimiento en el cole). Es una parte de su desarrollo que merece nuestra atención. Ni más ni menos.

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